9.18.2006

Cafes y oficinas

"The dust and the screaming
The yuppies networking
The panic, the vomit
The panic, the vomit"


“Se debe notar en mi cara...” seguramente pensaba mientras seguía caminando por Luis Maria Campos, frenándose en cuanto café vea, analizando el status socioeconómico del mismo, investigando por un menú para consultar posibles precios y siguiendo caminando y repitiendo las mismas acciones cuando se daba cuenta que su billetera no le dejaría descansar para tomar algo caliente y esconderse aunque sea un rato de una de esas ráfagas invernales que recién para septiembre se acordaron de venir. (Malditas ráfagas! Que ya es casi primavera, que son impuntuales, tan impuntuales, que no tengo ni diez pesos, que no quiero volver a casa y ver el comedor lleno de mesas y nadie ocupándolas.)
“Se debe notar en mi cara que... me enamore, y que ella no lo sabe” continuando la frase seguía diciendo después de entrar en aquella oficina a buscarla. Si, claro, ella trabaja en una oficina y esta quedaba en ese barrio y nunca habían profundizado mucho la conversación para el lado laboral y donde quedaba tal oficina del centro o el nombre de la empresa o sus horarios de almuerzo y el café que si importaba que este bien preparado, pero la maquina lo hacia horrible (y que esperar sino de una maquina?). Él se paró en la avenida, contó los pisos del edificio y leyó el cartel que anunciaba el nombre de esa empresa que sonaba a una aseguradora o algo que tenga que ver con algun otro sobrecargado papeleo burocrático, de ese papeleo que ellos siempre solían parodiar y reírse a carcajadas cuando la noche estaba tan pasada que de noche no tenía ni cielo oscuro. Mas bien tenía un sol y una espera de menos de una hora para que salga el primer café /té /submarino /mate con pedazo de naranja. Entonces quedaba en el cuarto piso y al ser el frente del edificio seguramente era el departamento “A”, a menos que haya mas de dos departamentos por piso. “Y entonces cual seria” se pregunto y no sabia si pensar que el departamento “A” y “B” estarían del frente o el “A” y “C”. Pero porqué no se le ocurría pensar que quizás el “A”y “D” eran los del frente? Cuál era esa lógica especial, que son letras pares, que quizás esto, que aquello, que porque tenia que haber dos o cuatro departamentos por piso? El edificio no era muy ancho así que le doy la razón, no seria de esos edificios de veinte oficinas por piso, okey.
Se dirigió al portero eléctrico decidido a contar la cantidad de departamentos que habría por piso ya que su empirismo podía mas que su lógica deductiva (al menos en este caso, claro) y sonrió cuando vio que solo había uno por piso, solo había un 4to piso. (Un 4to “A”? Si, gracias, venia a dejar unos papeles, si, voy al cuarto) Y lo dejaron pasar después de la chicharra que seguía abriendo algunos edificios de esta desconfiada ciudad. Llego al piso de la empresa, tocó otro timbre y pudo abrir la puerta de vidrio opaco e ignorando a la secretaria camino unos pasos mas hacia la zona de cubículos y oficinistas y auriculares con micrófonos que atendían gente y vendían y compraban e intercambiaban, reían, gritaban y siguió ignorando a la secretaria, se aprovecho que ella hablaba bajito y pretendió no haberla escuchado. La miro, la escucho finalmente y haciendo algunos movimientos circulares con sus manos se disculpo y se fue rápidamente de la oficina sin dejar mucho que pensar ni tiempo a reprocharle nada. (No, ella no trabaja ahí. Sí, la secretaria sí, pero Ella no.)
“Se debe notar en mi cara que me enamore y que ella no lo sabe. Me miraban esas oficinistas tan lindas con cierta cara interesante. Yo no soy interesante pero por experiencia note como mi aspecto así lo demuestra a veces. A algunos, al menos. Mejor, levanta ánimos pasar por este tipo de lugares y hacer tales cosas. Pero no me sirve, de que me sirvió?” y se enojaba consigo mismo. Cuando subió al colectivo ya había abandonado todo: la idea de encontrarla y hasta la idea de seguir buscándola en el centro, la idea de encontrar un café barato y hasta la idea de seguir buscando un café barato en Belgrano. Sube, busca, tal vez encuentra, baja. Con ella, sin ella, sin frío, con frío.
“Se debe notar en mi cara, sí, seguramente...” una vez más.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Se debe notar en mi cara que me enamore y que ella no lo sabe


y cúando lo va a saber?

3:12 p. m.  
Blogger Johan said...

lo va a saber cuando se de cuenta, es explicito, se lo lleva marcado en el pecho... igual es todo ficcion, veremos que pasa...

8:21 p. m.  

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